Para respirar, algo...

El temor estaba en el ambiente: que ante una cancha diferente a la que había en el Nacional, y ante un rival que tal como ellos peleaba por escaparse de la promoción, que O’Higgins de Rancagua no repitiera la buena actuación mostrada a mitad de semana y que hizo que bajaran al puntero Universidad de Chile.

Los primeros minutos parecían mostrar aquello, especialmente en el momento en que abrió la cuenta Santiago Wanderers. A los 9 minutos un centro de Sebastián Méndez es conectado de cabeza en el segundo palo por Carlos Muñoz para abrir el marcador. Los caturros habían sorprendido a los rancagüinos con un par de llegadas y con ello, lograban algo que parecía probable en dicho transcurso de las acciones.

El correr de los minutos fue mostrando la forma en que el campo de juego hacía muy distinto el trámite a lo visto a mediados de la semana pasada. Iván Vásquez estaba errático en la entrega, con mucha lateralización del juego; Ludueña trataba de ser el motor del equipo, pero al no encontrar los espacios optaba por retroceder el balón y Teuber con el “titular debutante” Alegre casi no recibían balones. Es por ello que antes de la primera media hora, las acciones de riesgo sobre la portería de David Reyes fueron casi nulas.

El local, por su parte, bajó de a poco los ritmos tras el gol inicial. José Luis Jiménez iba más retrasado, dejando a Muñoz y a Alejandro Da Silva en ataque, ellos tuvieron opciones de inquietar a Roberto “Beto” González gracias a las genialidades de Pablo “Rusio” López, motor principal de los buenos pasajes de la escuadra local.Pero el partido se fue diluyendo con los minutos. Prueba de ello era el silencio que tenían las 6.196 personas que asistieron al Chiledeportes de Playa Ancha, la escuadra de Jorge “Peineta” Garcés le cedía los espacios a los visitantes aprovechando la ventaja, pero los celestes sólo ponían empuje. Mauricio Aros destacaba en ese momento como el principal gestor de balones sobre tres cuartos de cancha, pero la falta de un definidor en ese sector hacía que las pelotas simplemente se perdieran en ese sector.Producto de ello la impresión fue la tónica de gran parte de la primera mitad.

Esto llevó a que el partido se pusiera algo friccionado y a que René de la Rosa parara en más de una ocasión el trámite del juego. Así ni Roberto González ni David Reyes pasaron grandes zozobras antes del término de la primera mitad, en la cual quedaba clara que eran necesarios otros 45 minutos para mejorar esta historia que era bastante negativa para los celestes.

POCO POR LOGRARLO

El que no hubieran modificaciones para la segunda mitad no implicaba que se viera otro ritmo de juego. Mal que mal Marco Antonio Figueroa es conocido por ser alguien que “aleona” a sus dirigidos en el camarín, por lo que las especulaciones de lo que se dijo en esa interna rondaban en el entretiempo. Se apostaba que con otra actitud los celestes mejorarían en el complemento.El correr de los minutos obligó a que O’Higgins mostrara algo más que la primera parte. Primero fueron algunas jugadas de balón parado, una de ellas una estratégica que consistió en un centro de Aros, que Samuel Teuber peinó al segundo palo, pero que encontró a Reyes más atento que Yerson Opazo para quedarse con el balón.Cuando a todos sorprendía la salida del delantero Milton Alegre por el ingreso de un volante de quite como es Marco Villaseca viene el momento que cambió el trámite de las acciones: Teuber recibe de Gutiérrez, la baja de pecho en el área, con lo que deja en el camino al zaguero Héctor Desvaux, pero éste al verse superado opta por bajarlo, penal decreta De la Rosa y se prepara Aros para patearlo.Los temores de un fallo del puntarenense eran válidos. Mal que mal tiende a colocar el balón a la derecha, motivo por el cual le han atajado un par de lanzamientos, entre ellos en la ida de Copa Chile ante Linares; es por esto que Reyes hizo lo obvio: fue a la derecha. Aros pateó a la izquierda y logró la esperada paridad que por algunos pasajes parecía darle más justicia al marcador a los 64.El resto de los minutos se esperaba un duelo favorable para los celestes, aprovechando las ocasiones de generar una posible remontada. El ingreso de Diego González parecía ir en esa tónica, pero los locales entendían también que el empate no les era para nada negocio, puesto que con ello se mantenían los tres puntos menos que los celestes y con ello no podían zafarse del peligro llamado liguilla de promoción.Así Garcés determinó los ingresos de Ubilla y Silva, los cuales le dieron una mayor profundidad en ataque a los locales que llegaron en más de una ocasión con peligro a la portería de Roberto González, el que nuevamente se mostró sólido y confiado en momentos que los defensores cometían errores.Es que el correr de los minutos mostró a un Diego Olate demasiado impulsivo, yendo con todo a las disputas de balón, pero muy pocas veces quedándose con éste. Un error suyo le permitió a Matías Quiroga anticiparse y habilitar a Muñoz que en el área no pudo darle ante una soberbia salida del “Beto” que quedó contundido.Los minutos finales llevaron a que el partido se pusiera de vida o muerte.

Ambos equipos iban “con todo a todas” y muestra de ello fue que cada cuadro tuvo su gran opción en los últimos pasajes: Enzo Gutiérrez llegó mano a mano con David Reyes yendo ambos con la pierna en alto ganando el golero local, mientras que en la contra un cabezazo de Muñoz que González puñeteó y mandó al lanzamiento de esquina.El pitazo final del partido significó la paridad que casi no mueve a ambos cuadros de la clasificación y que a ambos dejó insatisfechos. O’Higgins quería una victoria, pero por más que parecía que en algún momento iba a explotar, hizo muy poco por lograrlo. Ahora se vienen dos partidos como locales: Cobreloa y Palestino en El Teniente.

Nota: Alexis Apablaza Campos

Fotos: Christopher Bueno
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